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Cataluña es la única comunidad que cobra por documentos de adopción internacional

Conseguir la gratuidad del certificado y eliminar las diferencias entre adopciones nacionales e internacionales son las prioridades de las asociaciones de padres adoptivas que se han creado en los últimos años en Cataluña. Estos padres consideran que los trámites de adopción deben ser considerados una actividad de interés público y social, por lo que la Generalitat debería hacer como el resto de gobiernos autónomos y financiar este procedimiento.

La directora del Instituto Catalán de Adopción y Acogida, Victòria Perearnau, no lo cree necesario y lo argumenta de la siguiente forma: 'Consideramos que la adopción es una medida de protección de la infancia y como tal debe ser financiada con recursos públicos. Estos recursos, sin embargo, no pueden utilizarse en financiar la protección de los niños de otros países'. 'Consideramos que la adopción internacional tiene que ser sufragada por los interesados en llevarla a cabo', concluye.

A pesar de esta política de la Generalitat, las adopciones internacionales en Cataluña llevan el camino de batir todos los récords este año. Entre enero y agosto, 771 niños de 22 países fueron adoptados por familias catalanas. Esta cifra ya duplica la registrada en todo el año 1999, cuando fueron adoptados 376 niños extranjeros.

China, Rusia y Colombia son los países preferidos por los catalanes para realizar sus adopciones, aunque el panorama puede cambiar radicalmente en los próximos meses. China ha anunciado recientemente su voluntad de cerrar las solicitudes mientras las familias que han adoptado niños en este país no les envíen los documentos de seguimiento. Las autoridades chinas, sin embargo, han garantizado que esta medida no afectará a las solicitudes en curso.

Adopciones nacionalesPero si las adopciones internacionales han experimentado un crecimiento espectacular en los últimos años, no puede decirse lo mismo en las referentes al ámbito nacional. En 1997 había 1.200 familias catalanas a la espera de adoptar un niño nacido dentro de España. Tres años después, la lista tiene 460 inscritos. Las grandes dificultades que tienen las familias para adoptar en Cataluña las ha empujado a salir al extranjero. Para atender los miles de demandas que surgen todos los años en Cataluña, la Generalitat se vio obligada a firmar convenios con las denominadas instituciones colaboradoras de la integración familiar (ICIF).

Estas entidades son las encargadas de realizar las entrevistas de evaluación de las personas que quieren adoptar.

Después de entrevistar a los futuros padres, las ocho ICIF que trabajan en Cataluña emiten una recomendación sobre la idoneidad de los candidatos, aunque la decisión final la dictan los técnicos del departamento del Instituto Catalán de la Adopción. Este sistema es similar al que ya emplean otras comunidades autónomas. La diferencia es que en Cataluña estas entidades facturan el coste de sus servicios a los candidatos a efectuar adopciones, mientras que en el resto de España, las comunidades autónomas se prestan a sufragar el gasto.

La Federación de Asociaciones para la Adopción de Cataluña considera que el modelo utilizado por la Generalitat vulnera el espíritu de justicia social que según ellos tiene el proceso la adopción. 'Las instituciones colaboradoras son parte de este proceso y, por tanto, el coste de su trabajo debería ser asumido por la Administración y no por las familias adoptivas'. 'No estamos pidiendo ningún trato de privilegio, sólo que se equipare la adopción internacional con la nacional', señalan las asociaciones para la adopción en Cataluña.

El actual sistema de evaluación de candidatos se utiliza en Cataluña desde 1997. Anteriormente eran los colegios profesionales de psicólogos y trabajadores sociales los que hacían las entrevistas de idoneidad, organismos que siguen realizando estas tareas en diferentes comunidades autónomas. El cambio de sistema llegó después de que la Generalitat intentara aplicar una nueva ley de adopciones que obligaba a presentar un certificado de esterilidad a quienes querían adoptar. Esta exigencia causó una gran polémica que obligó al Gobierno de CiU a cambiar la evaluación de los candidatos a adoptar. Las asociaciones de adoptantes creen que el proceso ha mejorado, pero siguen pidiendo la gratuidad del proceso.

Los plazos de entrega del certificado de idoneidad es otra carencia del sistema catalán. Aunque Cataluña no es la comunidad española que más tiempo tarda en expedirlo, los catalanes que solicitan el certificado tardan una media de ocho meses en conseguirlo. Este es el plazo máximo fijado por ley en el Parlament en el año 1997. Pese a que está dentro del periodo marcado, la FADA cree que los ocho meses de espera son excesivos e incluso podrían ser ilegales. 'La Ley de Procedimiento Administrativo fija un límite de seis meses como máximo para obtener una respuesta de la Administración', recuerda un informe de la FADA.

Otro documento, de la Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento de España, indica que el tiempo de espera para obtener un certificado de adopción es de menos de tres meses en las comunidades de Castilla y León y Cantabria. Por ello, estas entidades piden la agilización de la burocracia en Cataluña y en otras autonomías como Madrid y Andalucía. Esta última comunidad se comprometió la semana pasada a reducir el tiempo de espera a seis meses.


http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20011111elpcat_13&type=Tes&anchor=elpcat&d_date=20011111