"Con tanto trabajo, se me había pasado tener hijos" - Entrevista Marisol Turró

La Vanguardia - 20/01/2008


Ha creado un gran grupo hotelero de la nada en sólo 14 años, pero ahora su gran reto personal es la maternidad: adoptó en solitario una niña rusa y ahora va a buscar a su segundo hijo
"Me lo he montado para vivir cerca del trabajo y de la escuela para recoger a Dasha al salir de clase"
A mediados del 2005 adopté a Dasha, una niña rusa de ocho años después de un año y medio de gestiones y ahora me pregunto cómo podía vivir sin ella. Era lo que me faltaba en la vida y con tanto trabajar se me había pasado", explica Marisol Turró, presidenta de la cadena hotelera Sercotel, que agrupa bajo su marca a 135 establecimientos en España, Andorra y Portugal. La adopción ha sido tan positiva para madre e hija que se ha decidido a hacerlo por segunda vez. "Esta misma semana iré a Rusia de nuevo para recoger a mi segundo hijo, Alex, un niño de seis años".

Marisol Turró (Barcelona, 1955) ha logrado compatibilizar su experiencia como madre adoptiva con la dirección de la multinacional hotelera Sercotel, que fundó hace 14 años con otros dos socios, Javier Garro y Benjamín Sanz, y que se halla en proceso de expansión. "A pesar de todo, me ha sido fácil realizarme en mi trabajo. Con mis socios formamos un gran equipo y nos conocemos a nivel profesional y personal. Aparte, mi familia me ha arropado mucho. Somos cinco hermanos y ha ayudado que mis sobrinos sean de la edad de mis hijos", explica Turró.

Para mantener el ritmo de trabajo, la directiva se las ha apañado por su cuenta. "Tengo una persona fija en casa que me ayuda, porque mi profesión a veces me obliga, por ejemplo, a coger un avión a las ocho de la mañana y no quiero que la pequeña note mi ausencia. Me lo he montado para vivir cerca del trabajo y de su escuela y poder recoger a Dasha al salir de clase o llevarla a danza".

Turró se ha organizado la vida en torno a sus hijos, pero en ocasiones hay interferencias. "A veces la niña quiere venir al despacho a hacer los deberes, pero en esto soy tajante y no la dejo. Hay que evitar mezclar las dos cosas y sería injusto para el resto de mis compañeros. Si todo el mundo viniera con sus hijos al trabajo, imagínese".

Dirigir una cadena hotelera no es tarea sencilla y Turró lo hace con pasión. "Mi trabajo me hace vibrar. Empezamos de cero y hemos ido creciendo cada año hasta llegar aquí. No me imagino sin un trabajo como el que tengo, que todavía me ilusiona como el primer día", explica.

Con todo, Marisol Turró confiesa que su prioridad número uno son ahora sus hijos. "No podría vivir si ellos". Asimismo, su hija entiende perfectamente el entusiasmo de Turró por su trabajo: "Antes decía que quería ser veterinaria o profesora, lo típico. Pero ahora ya empieza a decir que le gustaría ser una emprendedora como mamá".

Pero, con la atención que precisa un niño y tanta carga profesional, ¿no es una dificultad añadida la adopción? Turró opina todo lo contrario. "Son pequeños que desean ser adoptados y agradar. Antes han estado en orfanatos y lo que necesitan es recibir los besos y abrazos que se han perdido".

Si criar a un hijo es complejo, subir a solas a un niño adoptado todavía lo es más. "Antes de empezar los trámites, lo reflexioné mucho. A diferencia de ahora, en mi generación no era corriente ser madre soltera. Lo ideal para un niño es tener padre y madre, pero esto no siempre puede ser así", confiesa Turró. Por otro lado, cuanto mayor es el niño adoptado, más difícil suele ser su adaptación. Sin embargo, la directiva reconoce: "Yo quería ser madre, no abuela. Por esto he adoptado niños que por edad pudieran ser mis hijos. No sólo hay bebés para adoptar. También hay mayores de seis u ocho años".

Al poner en una balanza las ventajas y los inconvenientes, Marisol Turró no lo duda. "Recomendaría adoptar a cualquier persona que se lo esté pensando. Para mí ha sido una experiencia maravillosa, plena. Todo el amor que das también lo recibes".