"Los padres no somos un expediente"

Artículo de La Vanguardia - 03/04/2006

 

GEMMA GRAU, MADRE ADOPTIVA Y JURISTA
"Los padres no somos un expediente"

Tengo 34 años. Nací en Tàrrega (Lleida) y vivo en Barcelona. Me licencié en Derecho, estoy acabando Ciencias Políticas y tengo un máster en Administración Pública, en la que trabajo. Durante cinco años trabajé en temas jurídicos de protección de menores y adopción. Estoy casada y acabo de adoptar dos hijos: Alessia, de 5 años, y Artem, de 3


IMA SANCHÍS - 00:00 horas - 03/04/2006
- ¿Cómo resumiría el proceso de adopción?

- Para mí, adoptar es lo mejor que hecho en mi vida, pero el proceso es de lo peor que he vivido. Es una carrera de resistencia que empieza con reuniones algo surrealistas con los equipos de psicólogos.

- Reuniones necesarias para obtener el certificado de idoneidad.

- Sí. En mi caso, la insistencia de que debíamos adoptar sólo un niño fue excesiva. También la recomendación de que si eran dos, yo pidiera una excedencia y mi marido dejara de trabajar un tiempo. ¿De qué vivimos?

- Parece que adoptar sea un lujo.

- Eso parece. Una vez tuvimos la idoneidad, decidimos adoptar en Rusia a través de una ECAI, organismo reconocido por la Generalitat para realizar el proceso.

- Y firmaron un contrato.

- Sí, con mucha ilusión y sin sospechar los inconvenientes. Tras un año y toda una serie de explicaciones no siempre convincentes respecto a los retrasos, viajamos a Rusia a conocer a dos hermanos. Les propusimos ser sus padres y ellos aceptaron con ilusión.

- ¿Se acabó el suplicio?

- No había hecho más que comenzar. La ECAI nos comunicó problemas burocráticos que impedían de momento adoptar a uno de los hermanos. La ECAI debería haber tenido la diligencia de informarse correctamente de los niños que ofrecen a las familias.

-...

- A partir de ahí, y siendo muy cabezotas en nuestra insistencia en querer adoptar a esos dos hermanos y no a otros, decidimos informarnos por nuestra cuenta en Rusia. Entre el primer y segundo viaje pasaron siete meses de incertidumbre y nervios. La ECAI nos había dicho que serían dos meses.

- Terrible desgaste.

- Sí, hay una falta de claridad. No sabes nunca cuál es tu número de expediente, los motivos de las demoras o cuánto vas a tardar en ir a buscarlos; eso acaba minándote.

- Usted y su marido son juristas: ¿qué opinan del contrato que firmaron?

- Es un contrato en el que no se detalla ni la prestación de los servicios que te van a dar ni su desglose económico para así poder garantizar los derechos como consumidores que tenemos los solicitantes. Por todo ello, y desde mi punto de vista, sería bueno que la Administración garantizara que los contratos fueran más concretos y, a ser posible, homologados para todas las ECAI.

- Deberían, sí.

- Hay una serie de conceptos como son los viajes, traductores, acompañantes..., que no están tarifados y en los que cada ECAI aplica su criterio económico. Por mi experiencia, recomendaría que los padres se montaran el viaje por su cuenta.

- ¿Qué propone?

- Conceptos claros y la obligación por parte de la ECAI de informarte cada tanto de cómo va tu proceso en lugar de obligarte al "¿qué hay de lo mío?".

- En teoría, adoptar es gratis.

- Sí, el acto de adopción es gratuito, pero los costes de tramitación son muy elevados. He hablado con muchos padres de la necesidad de denunciar a la Administración la mala marcha del proceso.

- Pero al final nadie denuncia.

- Porque la parte emotiva te supera. Cuando ya tienes al niño quieres olvidar el mal trago, y mientras estás en el proceso, temes que si te quejas demasiado tu expediente se pueda demorar todavía más.

- ¿Le fueron útiles las sesiones de formación que le impartió la ECAI?

- La verdad es que no. Aquellas sesiones me parecieron un paripé: se limitaron a dos sesiones donde se tocan temas poco trascendentes. Me sorprendió tener que tratar temas como qué regalos debíamos llevar los padres para la primera inspectora, la segunda, la educadora, la directora del orfanato, o que me explicaran cómo debíamos saludarlas... Ni te preparan para la llegada del niño ni durante el proceso te sientes acompañada por el equipo interdisciplinar que teóricamente tienen.

- Qué desastre.

- No estoy exigiendo un tutelaje para ser padre, pero hay una serie de informaciones, como son las condiciones sociosanitarias tanto de los menores y de los orfanatos como del país, o cuáles son los aspectos básicos para facilitar la integración del menor en la nueva familia, que no se tratan.

- ¿Cómo se sintió?

- En algunos momentos, la verdad, como un expediente administrativo. Es un proceso con una elevada carga emocional, y es básico que se respete y que se ayude a los futuros padres. Ese apoyo emocional y práctico lo encuentras en otros padres en tu misma situación, en asociaciones de padres adoptantes y en foros donde las explicaciones y los consejos son claros y útiles.

- ¿Ha sido el proceso más difícil de su vida?

- Durante todo el proceso no dejas de repetirte: "Esto es lo último que me puede pasar", pero siempre viene una más. Y creo que, en ningún caso, el fin debería justificar los medios.

- Usted ha estado en el otro lado, trabajando en la Administración.

- Sí, y eso me da la perspectiva para decir que todos los que intervienen en el proceso no deberían ser tan fríos; es un trato muy poco sensible. Insisto: no somos expedientes. Hay que facilitar el proceso a estos padres para que estén en el mejor momento a la hora de recibir a estos niños que tanto necesitan unos padres. Pero la realidad es que se llega al final del proceso extenuado.